La fuga de cerebros desde el inicio de la crisis ha sido paulatina pero incesante, a fin de
cuentas, las personas por norma general más capaces son aquellas que demuestran
una gran predisposición a salir de la zona de confort, moverse, absorber
conocimientos por donde vayan, enriquecerse de la cultura y convertirse en
bilingües o incluso políglotas. Se podría hacer un paralelismo y nombrarles
nómadas, frente a los sedentarios, aquellos que van en búsqueda de la aventura,
frente a los que se quedan en sitio seguro, y precisamente es por ello, cuando
los prados se convierten en agrietada tierra, y los animales escasean, estos no
tienen impedimento en avistar el horizonte y poner rumbo a nuevas tierras. Este
factor es bien conocido por los empleadores, que equiparan tener una experiencia
internacional a la de tener un máster, porque bien saben que su cerebro
funciona de una manera ligeramente diferente respecto al resto, no se
conforman, pueden abordar los problemas desde diferentes perspectivas dada su
experiencia singular, y de seguro en el caso de jóvenes, “a base de espabilar”,
son personas maduras.
En esta categoría nos encontramos desde personas que van contratadas ya al
país de destino debido a su excepcional currículum, o aquellos que con sus
ahorros se van fuera, con la esperanza de encontrar algo, a mi juicio, ambos
excepcionales, ya sea por el factor esfuerzo o el del coraje.
Pero una cosa es clara, y es que desde mi propia experiencia y la de las
personas que conozco que se han ido fuera, pocos conozco que no tengan unas
ganas enormes de volver a España, porque hay que diferenciar bien entre que un
país sea una potencia económica y por otro lado, que tenga un buen nivel de
vida, y es que en España tenemos un talento donde no se tiene en otro lado, una
cultura mediterránea acogedora, y todo esto acorde con el clima, y la
comida… lejos está el gazpacho, la
horchata, la tortilla de patatas, el jamón serrano de la comida a base de
mantequilla de Inglaterra o la comida a inyección de Estados Unidos. Porque
para gustos colores, pero está claro dónde se come bien y sanamente.
Ahora imaginaros que la economía empieza
a repuntar sólidamente, en el que los números sean reflejo de un cambio
real, y no de algo artificial, y digo esto porque conozco los contratos que se
están ofreciendo, y si por norma general tener una persona de becaria dos años
en una empresa, que haga que te reduzca el paro es un logro, me temo que se
está considerando a nuestro país uno de segunda en vez de uno de primera, como
lo que es realmente.
Por ello, nuestros nombrados nómadas viendo crecer otra vez los cultivos en
nuestros campos volverán, ¿Y que pasara cuándo vuelvan?
Impulsarán aún más el crecimiento, dado que han recogido toda la
experiencia de multitud de países con diferentes formas de hacer las cosas, y
crearan innovación haya donde vayan.