sábado, 1 de julio de 2017
domingo, 11 de septiembre de 2016
¿Qué es el dinero?
Hace poco tuve una conversación a través
de un post de Facebook con una amiga, en el cuál empezamos a tratar sobre los
tan polémicos burkas junto con otro de mis amigos, hasta que como suele pasar
con estas cosas empezamos a saltar de un tema a otro hasta que finalmente y no
me preguntéis cómo, llegó una de las dos preguntas que me han hecho escribir
este blog, ya que me parecen de gran interés. La primera pregunta decía algo
así como:
“Pero… si éste se lleva tanto... ¿De dónde sale
el dinero? Quiero decir, si hay 10€ y somos tres y Myriam se lleva 8... ¿Se está
comiendo nuestras tostadas?”
La pregunta se interpreta como si es justo
que alguien se llevase mucho más dinero que los demás y que si esto implica que
lo esté haciendo a costa del resto. Para responder a esta pregunta hice lo que
en las ciencias económicas normalmente se hace; que es simplificar la realidad
para poder explicarla, ya que lo que pierdes en fidelidad lo ganas con creces en
pragmatismo:
“El que una persona se lleve más dinero es
porque normalmente añade más valor a la sociedad, imaginaros que Charly y Pedro
se ganan la vida cazando gamusinos con las manos, y cazan 1 gamusino al día (medio
para cada uno para repartir), hasta que un día llega Myriam a nuestra aldea y
nos alquila un arco, gracias a eso podemos cazar 10 gamusinos al día, y nos lo
alquila a 8 gamusinos al día, todos salimos ganando, nosotros nos llevamos el
doble que antes, y Myriam se lleva 8 por haber desarrollado ese arco ¿Y parece
que todos salimos ganando, y que nadie se come las tostadas de nadie verdad?
En la vida actual ese arco se puede llamar
formación, nuevas ideas, un producto nuevo...etc.
Aunque por supuesto siempre habrá excepciones
(corrupción, robo, estafa...)”
Y aunque la primera pregunta ha sido muy
interesante empezar a tocar los redobles para escuchar la segunda pregunta, ya
que realmente va al fondo de la cuestión:
“¿El
número de gambusinos es infinito? Aún no he entendido como se crea el dinero la
verdad...”
Ante esta pregunta dije que esto merecía una
explicación en profundidad y por eso me encuentro ahora escribiendo esta
entrada:
En primer lugar el dinero es un invento del
ser humano, es un concepto que no pertenece a las leyes físicas de nuestro
universo, por tanto si nosotros somos complicados, imaginaros lo que es un
abstracto de esos seres complicados que somos nosotros… la monda lironda en
bicicleta, y de ahí todo el jaleo de las diferentes corrientes económicas…
Pero bueno, como los economistas estamos para
dar soluciones y no hacer las cosas más complicadas diré un breve resumen
de lo que es la historia del dinero que aparece normalmente en los libros de
Introducción a la economía del primer año de carrera (pero explicado de una manera más entretenida), para finalmente añadir mi
guindilla final:
El dinero como he dicho es un concepto, por
lo cual es algo que no se ha creado de la nada, siempre ha existido; cuando se
cruzaban dos Neandertales, uno congelado de frío y con 20 truchas a sus
espaldas y otro muerto de hambre y con dos abrigos a sus espaldas, parece
lógico que acuerden un intercambio de digamos 10 truchas por un abrigo y los
dos salgan contentos, por tanto ahí ha habido una transacción que ha reflejado
el valor que tenían por las truchas y el abrigo.
Más tarde cuando empezamos a
desarrollarnos como civilización, comenzamos a usar “cosas” como dinero, en vez
del clásico trueque mencionado antes, empezamos a usar metales preciosos por
ejemplo, ya que gracias a ello nos permitían tener más flexibilidad en los
intercambios, ya no tenía que suceder que quisiese un abrigo en el presente y
tuviese que tener justo los pescados, significaba que si ahora tenía pescados
los podía vender, y en el futuro podía comprar “algo”. Eso contribuyó a
una mejora radical en el comercio de bienes y el avance del progreso. Hasta
ahora todo bastante fácil, así que vamos a seguir un paso más en la evolución del dinero, dónde la cosa se complica un poquito más y, es en la creación de dinero papel:
Los metales preciosos estaban muy bien y, el
oro (y la plata) se habían impuesto como estándares de dinero, pero llegaba un
momento en el que por seguridad se guardaban en casas especiales dedicadas para
ello, a cambio, tenías un certificado en el cuál ponía cuánto oro tenías, y en
cualquier momento podías acudir para recuperar el dinero, pasado un tiempo
y, por comodidad las personas empezaron a
utilizar esos certificados para hacer sus pagos, ya que la gente sabía que con
eso podían coger el oro que indicase el trozo de papel (lo que serían los
primitivos billetes).
Posteriormente, las casas que custodiaban ese
dinero (los bancos primitivos) se dieron cuenta que la gente confiaba tanto en
esos certificados, que pocos acudían a retirar realmente el dinero, por tanto
podrían dejar más dinero del que tenían; es decir imaginaros que una persona quiere montar una panadería, entonces acudiría a estas casas, y ellos le darían un
certificado por el dinero que quisiese a cambio de la vuelta del dinero más
intereses, ¿entonces al fin y al cabo qué es lo que sucedía?
Que había más certificados que realmente oro
y si nadie iba a recoger el oro todo funcionaría bien, pero si hubiese un
pánico de que la gente creyese que se iba a quedar sin dinero y todo el mundo acudiese
a recogerlo, al haber más certificados que oro, el banco quebraría.
Finalmente los países han eliminado que haya
oro respaldando nuestros billetes, y simplemente asumimos que tienen un valor,
por tanto vivimos en un delirio conjunto en el que los papeles que tenemos
valen para algo y, mientras que el resto de personas compartan ese delirio todo
funcionará bien.
Ahora que espero que se haya comprendido la
arquitectura del dinero, imaginaros lo que pasaría si un banco central (los
responsables del dinero como estado) empezase a darle a la manivela de la
máquina de dinero sin tregua, pues como pasó en la super-inflación de Alemania
en los años 20, pasaría que habría tantos billetes en circulación que la gente no les daría valor, y se usarían poco más que para encender hogueras, o se llevarían en carretillas de billetes para comprar el pan.
Por tanto hay que comprender que el dinero no
crea nada, es una herramienta, por mucho que uses la manivela no vas a aumentar
el bienestar de las personas, ya que la economía no se está desarrollando. Por
eso en mi primer ejemplo explicaba que normalmente una persona que añadía valor
a la sociedad, eso se veía reflejado en el dinero, ya que si hay más valor, tu
dinero podrá comprar más cosas, pero si hay más dinero (darle a la manivela) no
tiene nada que ver que aumente el valor de la sociedad. Por tanto hay un flujo entre el valor real de la economía y la herramienta que se utiliza para medir ese valor (dinero).
Por último y respondiendo a la pregunta de si en
nuestro ejemplo habría infinitos "gamusinos", siendo los gamusinos el valor de la
sociedad, la respuesta es que habrá tantos "gamusinos" como valor se haya creado en la
sociedad.
martes, 16 de agosto de 2016
Responsabilidad social
Cuando compras algo es cómo si estuvieses votando. Al fin y al cabo tu voto no hace gran cosa en unas elecciones, igual que lo que elijas al comprar no afectará probablemente a la empresa ni al mercado en general, pero si lo hace cuando es de forma conjunta y, eso es la responsabilidad social.
¿A dónde quiero llegar?
A que si por ahorrarte unos céntimos compras unos huevos más baratos, que lo son por haber tenido a 20 gallinas enlatadas en un metro cuadrado, estarás "dando tu voto" a esa empresa, tu decisión no afectará al mercado, pero como he explicado es un voto que estás dando a que eso siga pasando. Igual que si compras a una marca que a sabiendas sabes que reduce costes en base a contaminar más o explotar a sus empleados.
Por tanto las empresas son como los partidos políticos, nunca sabes muy bien de quien fiarte, pero con la información que dispones siempre puedes elegir una u otra de la mejor manera que creas, ya que de forma conjunta eso cambiará el comportamiento de las empresas.
domingo, 10 de abril de 2016
La ruleta nos la lía
Muchos de los que estáis leyendo está entrada habéis apostado en la ruleta o por lo menos conocéis gente que lo haya hecho. Pues bien este artículo es para los que no sabéis todavía que es una mala inversión, y también para los que lo sabéis, pero no podríais explicar muy bien porqué.
Lo explicaré con un ejemplo muy sencillo, imagínate que te digo que voy a tirar un dado normal de seis caras, que elijas un numero y me pagues un euro y, en el caso en el que salga tu número te doy dos euros, y si no me quedo tu euro apostado. ¿Esto parece un poco injusto verdad?
5 veces de cada 6 voy a ganar un euro y tu solamente 1 de cada 6.
Pues esto es sin más misterio lo que hacen los casinos, aunque son más discretos, ellos te dicen que si apuestas un euro a un número de la ruleta te pagan 36, cuando hay 37 números (0-36): Por lo tanto te deberían pagar 37 euros en vez de 36. Por consiguiente es tan fácil como ver el número de alternativas que hay para saber cuál es el pago justo.
Cabe preguntarse: ¿Cuánto se está llevando la ruleta cada vez que apuestas mediante esta comisión encubierta?
Muy fácil, si apuestas a los 37 números y te está pagando 36, se está llevando de comisión 1 euro de esos 37, es decir un 2,7% arpox.
¿No parece mucho un 2,7% de cada apuesta verdad? Pero imagínate que voy con mi amigo Pablo a juegar a la ruleta y jugando juntos llegamos con 100 euros, y apostamos ese dinero íntegro en diferentes combinaciones en una tarde, habiendo jugado 50 veces, y que en media hemos mantenido esos 100 euros hasta el final, que es justo lo que tenemos.
¿Cuánto habremos pagado de comisión de forma encubierta? 100*50*2.7%=135€
Es decir que si el casino nos hubiese pagado justamente, no habríamos pagado esos 135€ y habríamos terminado con 235€.
Lo raro pues es que habiendo pagado una comisión de 135€, hayamos terminado con los 100€.
Este tipo de comisiones encubiertas los casinos las tienen en todos los entretenimientos que ofrecen.
Por tanto que de ahí la famosa frase que a la larga la banca siempre gana, explicado con un poquito de estadística.
Como conlusión es que si quieres ir a la ruleta a pasártelo bien estupendo, pero como quieras ir a ganar dinero vas apañado.
sábado, 19 de diciembre de 2015
Efecto vuelta
La fuga de cerebros desde el inicio de la crisis ha sido paulatina pero incesante, a fin de
cuentas, las personas por norma general más capaces son aquellas que demuestran
una gran predisposición a salir de la zona de confort, moverse, absorber
conocimientos por donde vayan, enriquecerse de la cultura y convertirse en
bilingües o incluso políglotas. Se podría hacer un paralelismo y nombrarles
nómadas, frente a los sedentarios, aquellos que van en búsqueda de la aventura,
frente a los que se quedan en sitio seguro, y precisamente es por ello, cuando
los prados se convierten en agrietada tierra, y los animales escasean, estos no
tienen impedimento en avistar el horizonte y poner rumbo a nuevas tierras. Este
factor es bien conocido por los empleadores, que equiparan tener una experiencia
internacional a la de tener un máster, porque bien saben que su cerebro
funciona de una manera ligeramente diferente respecto al resto, no se
conforman, pueden abordar los problemas desde diferentes perspectivas dada su
experiencia singular, y de seguro en el caso de jóvenes, “a base de espabilar”,
son personas maduras.
En esta categoría nos encontramos desde personas que van contratadas ya al
país de destino debido a su excepcional currículum, o aquellos que con sus
ahorros se van fuera, con la esperanza de encontrar algo, a mi juicio, ambos
excepcionales, ya sea por el factor esfuerzo o el del coraje.
Pero una cosa es clara, y es que desde mi propia experiencia y la de las
personas que conozco que se han ido fuera, pocos conozco que no tengan unas
ganas enormes de volver a España, porque hay que diferenciar bien entre que un
país sea una potencia económica y por otro lado, que tenga un buen nivel de
vida, y es que en España tenemos un talento donde no se tiene en otro lado, una
cultura mediterránea acogedora, y todo esto acorde con el clima, y la
comida… lejos está el gazpacho, la
horchata, la tortilla de patatas, el jamón serrano de la comida a base de
mantequilla de Inglaterra o la comida a inyección de Estados Unidos. Porque
para gustos colores, pero está claro dónde se come bien y sanamente.
Ahora imaginaros que la economía empieza
a repuntar sólidamente, en el que los números sean reflejo de un cambio
real, y no de algo artificial, y digo esto porque conozco los contratos que se
están ofreciendo, y si por norma general tener una persona de becaria dos años
en una empresa, que haga que te reduzca el paro es un logro, me temo que se
está considerando a nuestro país uno de segunda en vez de uno de primera, como
lo que es realmente.
Por ello, nuestros nombrados nómadas viendo crecer otra vez los cultivos en
nuestros campos volverán, ¿Y que pasara cuándo vuelvan?
Impulsarán aún más el crecimiento, dado que han recogido toda la
experiencia de multitud de países con diferentes formas de hacer las cosas, y
crearan innovación haya donde vayan.
martes, 15 de septiembre de 2015
La bola y la bola monetaria: haciendo temblar los pilares del sistema económico
Hoy voy a hablar del lado oscuro de la economía, de una de esas
herramientas que cuando caen en las manos de sinvergüenzas, aprovechan en su
favor para enriquecerse a costa de personas con poco conocimiento
financiero/económico, y de hecho han venido haciéndolo a través de los años y finalmenente veré si se puede extrapolar al sistema económico que tenemos, y de si tiene los mismos problemas.
Empezaré definiendo el juego, que yo viendo sus posibilidades estuve a
punto de realizarlo en mi época de estudiante en el colegio, pero luego al
descubrir su inviabilidad a largo plazo desistí:
La bola funciona de la siguiente manera: tú metes una cantidad de dinero y
recibes 8 veces lo que has metido. ¿Suena tentador verdad? Por ejemplo metes 10 euros y recibes 80.
¿Así, sin más?
Más o menos, lo que tienes que hacer es meterte en una bola que esté en
funcionamiento, y asegurarte que haya más gente que se quiera meter, y
finalmente recibirás tus 80 euros.
Lo explicaré con un diagrama, imaginemos que te digo que hay una bola en
funcionamiento, y que solo queda una persona para rellenarla, y que si te
metes, conseguirás estar dentro del sistema, cómo en la siguiente imagen:
Tu posición sería la zona verde circundada por un círculo rojo, en el
momento en el que los 8 han pagado al del centro (amarillo), esta persona que
en un principio había puesto sus 10 euros, ahora se va con sus 80 euros. En ese momento el amarillo desaparece, y la
bola se separa originando dos bolas, haciendo que tú avances en posición, y por
tanto más cerca de conseguir tus 80 euros:
Por tanto, ahora los interrogantes son nuevos participantes que hay que
encontrar para que las bolas continúen, pero tú estando en la bola de la
derecha, en la zona verde con el círculo rojo, te es indiferente los
interrogantes de la bola de la izquierda, tú lo único que quieres es que tu
bola siga funcionando, ya que eso es lo importante para pasar a la siguiente
fase, y para que ocurra, los componentes de tu bola habréis de encontrar 8 personas
que participen en tu nueva bola, y así la persona que ocupa la zona gris se
vaya, y se creen otra vez, otras dos bolas, y consigas avanzar:
Hasta finalmente, en la tercera y última ronda, salir del juego con tus 80
euros:
Parece un juego interesante, y que puede funcionar, lo único que se
necesita es gente que quiera jugar… pero ahí es justo dónde está el problema.
Me explicaré:
Puede ser que al leerlo te hayas percatado del comportamiento exponencial
del sistema, aunque no les hayamos seguido el rastro, había otras bolas que
seguían funcionando por ahí, y que requerían también de personas que se
metiesen en su juego. Si contamos cuántas personas se necesitasen para terminar
todos los ciclos abiertos, tendríamos que al principio se necesitaban 8, luego
cómo surgían otras dos, se necesitaban 8 para cada una, es decir 16, luego
serían 32… y así sucesivamente, la cantidad de personas necesarias en función
de las rondas abiertas se puede simplificar en esta sencilla fórmula:
Personas involucradas en el juego = 8*2^(n-1)
Siendo
n el número de rondas en el que estamos.
Esto es una forma de simplificar la realidad, ya que no todas las rondas
terminarían en el mismo tiempo, ya que eso depende de la habilidad de la gente
dentro de cada bola en conseguir a más personas, pero para el caso imaginemos
que terminan al mismo tiempo, dado que es una buena manera de aproximar
cálculos.
En
el momento en el que han pasado 31 rondas, habrá ya más de 8 mil millones de
personas jugando (8,589,934,592), esto supera la población mundial, por tanto
el juego se colapsaría, y los últimos en incorporarse, se quedarían sin dinero.
Y al ser un juego de suma cero, no habría un aumento de riqueza,
simplemente se habría movido el dinero existente de unas manos a otras.
¿Qué
pasaría si se añadiese el supuesto de que las personas se pudiesen volver a
meter en la bola?
Muy
sencillo, al ser exponencial, llegaría un momento en el que dada la magnitud de
la cantidad de dinero que debemos depositar tendería al infinito, por lo tanto
el sistema colapsaría por dos razones:
1)
No se
tiene dinero infinito
2)
Si
todo el mundo tuviese dinero infinito, su valor sería 0, por tanto no tendría
sentido
La conclusión es que la bola en ningún momento puede funcionar a largo plazo,
por tanto las primeras personas que se meten serían las únicas en conseguir sus
80 euros, o incluso ni siquiera las primeras personas conseguirían el dinero,
ya que hay mucha gente que no se metería por desconfianza, o por saber que no
es viable.
Por lo tanto, ya conociendo cómo funciona esto, nos debemos hacer otra
pregunta que tiene aire de metafísica, pero es muy acertada:
¿Cómo surgió la primera bola?
¿?¿?¿?¿?
Si nos paramos a pensar, nunca pudo surgir de la nada. ¿Quién fue el listo
que dijo, oye, yo me pongo en el centro?, eso nunca pasó. Ahora con esta
pregunta hemos abierto los ojos, y nos damos cuenta de que algo huele mal en el
inicio de este juego. Y aquí es dónde la cosa se pone más turbia.
¿Qué pasa si te digo que los colores que vistes al principio dentro de la
bola, no eran personas, sino que me los he inventado yo? Que te dije que eran
personas, que ya estaban jugando, pero realmente es una mentira, que cada vez
que alguno de esos colores salga con sus 80 euros en mano, me los llevaré yo,
que he sido el que he creado este juego. Y que si los 7 colores consiguen su
dinero, yo me habré llevado 7*80=560€.
¿Y qué pasa si te digo que en vez de empezar con 10 euros, se empieza con
1000, y el que sale se lleva 8000€? En ese caso me habría llevado 56.000€ de la
nada, simple y llanamente aprovechándome de la ignorancia de la gente con
respecto a cómo funciona el sistema, habrá gente que se lleve su dinero, sí,
pero dado que el sistema tiende a colapsar, habrá otra mucha gente que lo
pierda.
Si me has seguido hasta aquí, solo puedes pensar, wow, un sistema que
aparentemente rentaba y daba dinero, después de desnudar su entramado, y
examinar con lupa sus componentes, resulta que ya ni a medio ni a largo plazo
puede funcionar, ya que para una persona que conoce esto, en vez de meterse en
la bola “original”, empezará su propia bola, sin meter un duro, y consiguiendo
mucho dinero.
De esto se pueden sacar dos conclusiones para la economía:
1)
El
movimiento de dinero exponencial (la bola) no genera riqueza, sino una falsa
sensación de crecimiento económico al principio, para en el medio-largo plazo
desmoronarse.
2)
El
que comienza el juego, es el que saca la mayor rentabilidad, por tanto siempre habrá incentivos a generar este tipo de sistemas
Ahora como prometí, todo esto se puede extrapolar al sistema bancario, y
porque esos pinchazos que va teniendo, no es más ni menos que los colapsos que
teníamos en la bola, y que nunca podrá funcionar establemente. Pero antes de desmoronar
todo nuestro sistema económico, recobremos el aliento, y pongámosle un título a
la siguiente parte:
La bola monetaria
Para empezar quiero que se entienda muy bien que la relación entre nuestro
sistema monetario y la bola no es directa, pero los mecanismos y por ende los
problemas si lo son. Para comprender mejor esto, empezaré con un poco de
historia.
Antes de que existiesen los billetes, se comercializaba sobre todo con oro,
esto hacía complicado el día a día, ya que si querías pagar una gran suma,
debías ir completamente cargado. Las personas por seguridad no guardaban todo
su oro en casa, sino que lo depositaban en una especie de banco, dónde se lo
guardaban, para dar fe que era su dinero le daban un papel firmado de que tenía
esa cantidad de dinero.
Esos papeles no tardaron en usarse también como dinero, ya que en cualquier
momento podían cambiarse por oro. Pero esto raramente pasaba, ya que era más
cómodo utilizar los papeles en vez del oro contante y sonante. Los dueños de los depósitos de oro no
tardaron en darse cuenta de esta situación, y la aprovecharon en su favor
creando más papeles del oro que tenían, es decir estaban ganando dinero de la
nada (como los creadores de la bola, estaban vendiendo humo).
Este sistema se vio cambiado cuando se abolió el sistema patrón oro, que
fue sustituido por el sistema crediticio, es decir que los bancos centrales
eran los únicos que deciden el dinero que hay en circulación, con independencia
del oro, y los que les dan el valor (algo así como decir esta bola es la
original, y la que debéis seguir).
Por supuesto esto no ha frenado el juego, los bancos comerciales se dieron
cuenta que las personas no suelen ir al banco a sacar pasta, o al menos no
todos a la vez, también se originó la idea de pagar a través de la tarjetas de
crédito sin utilizar los billetes, lo que viene siendo la evolución del billete
(o la segunda ronda de la bola).
Pero la relación más obvia con la bola es el interés que se recibe por una
inversión (ya sean acciones, bonos del estado, o el depósito de un banco). Esta
es una relación más compleja, pero si nos abstraemos la podremos comprender:
Al ingresar tu dinero en las acciones de una empresa, ésta se va a esforzar
en sacar un rendimiento positivo, es decir, una vez descontados todos los pagos
a sus trabajadores, proveedores, etc, tiene un beneficio (esto no pasaría en
competencia perfecta, pero es algo que no vemos en nuestro sistema económico),
y precisamente este beneficio es el que hace que tu dinero sea multiplicado por
más de uno (1,05 por ejemplo si es un 5%), y al estar multiplicado por encima
de uno, este sistema descubrimos que es exponencial. Y por tanto tenemos los
mismos problemas que en la bola, de un sistema con movimiento exponencial de
dinero. Y los pilares de nuestro sistema económico empiezan a temblar ante esta
noticia, porque por fin hemos descubierto la naturaleza de esos pinchazos, que
no son ni más ni menos que los colapsos que teníamos en nuestras bolas.
Las conclusiones:
-El banco central (una especie de creador de la bola) absorbe riqueza de
una manera artificial
-No importa el crecimiento real en la economía, siempre habrá colapsos
debido al comportamiento exponencial del sistema
Aquí cabe preguntarse si conociendo mejor los fallos en el sistema económico
en el que vivimos, podíamos mejorarlo hacia uno más estable. Quizás con la
utopía de un mercado de competencia perfecta, sin beneficios, al no ser un sistema
exponencial de movimiento de dinero no tendríamos estos problemas, en
posteriores artículos investigaré sobre la posibilidad de otras opciones. Pero
al ser la ciencia económica dependiente del ser humano, puede incluso que sea
cuestión de una evolución en la conciencia global.
miércoles, 15 de julio de 2015
Laissez-faire es una mentira
En esta entrada voy a hurgar ni más ni menos que en las raíces
de la ciencia económica.
Nos situamos en el siglo XVIII, cuando por primera vez
Vincent de Gournay proclamó la conocida frase “Laissez faire et laissez passer,
le monde va de lui même; «Dejen hacer, dejen pasar, el mundo funciona solo»”,
esta frase iba dirigida en contra del intervencionismo del gobierno en la
economía francesa de aquella época. Más tarde Adam Smith, al calor de la revolución
francesa, popularizaba esta idea en su libro de “La riqueza de las naciones”,
libro utilizado casi como una biblia por miles de economistas posteriores a su
tiempo, e incluso en la actualidad. Y estos seguidores, llamados liberales han
mantenido una batalla con los llamados intervencionistas (o Keynesianos), a lo
largo de estos siglos recientes. En esta batalla, no ha sido la sangre, si no
la tinta la que ha corrido por las miles de publicaciones llevadas a cabo entre
estos dos destacados bandos. Sin embargo esta discusión carece de sentido, ya
que son dos caras de la misma moneda.
¿Qué quiere decir que sean dos caras de la misma moneda?
Para empezar, el término laissez-faire carece de toda lógica
matemática. Tú no puedes laissez-faire el mundo, no puedes hacer que funcione
por el mismo, ya lo hace, no es algo que podamos decidir que pase o que no
pase, somos parte de él, no somos algo exterior a él que lo puede alterar o
dejarlo que funcione por el mismo, porque es algo que ya hace. Entonces el
propio gobierno intervencionista es un acontecimiento libre que ha sucedido a
través de la voluntad libre del pueblo, de cómo funciona el mundo por el mismo.
Y las reglas que salen de él, son todas acorde a como el mundo va funcionando.
Si de términos franceses se trata, para definir en una frase la realidad no
tendríamos que decir “laissez-faire” sí o no, sino más bien “Il fait”, que
vendría a decir que “Él hace”.
¿Esto qué quiere decir?, ¿Qué los miles de economistas
andaban equivocados?
No voy a discutir si andaban o no equivocados, pero en la
mayor parte puedo asegurar que se trataba no de una discusión de como la
economía funcionaba mejor, sino de cómo podría beneficiar a ciertos grupos u
otros, después de todo la economía es una ciencia social que involucra a las
personas. Y si hay lobbies influenciando la política o las revistas económicas,
podemos inferir porqué muchas veces les
interesa decir que haya libre mercado para poder adueñarse de empresas rentables
públicas, o decir que no, que mejor intervencionista, y así poder utilizar las
leyes estatales a su favor.
Como siempre, el ser humano muchas veces intenta simplificar la realidad haciendo divisiones (liberales vs intervencionistas), cuando en el fondo carece de fundamento alguno. Aunque me queda decir que muchas veces es útil para tener una mayor facilidad desarrollando teorías, aunque nos alejan de la realidad.
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Todo esto se debe a que la economía como ya he dicho es
una ciencia social, y hasta que no se descubra como funcionamos al 100%, es
decir sabiendo todos los inputs que recibe una persona conoceremos a ciencia cierta
los outputs (sabiendo toda la información de una persona se puede predecir cómo
actuará siempre), en mi opinión nunca se va a saber al 100% como actuará una
persona, razonamiento que explicaré en mi siguiente entrada. Si quieres recibir
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