Observando la crisis que se está produciendo en Chipre, y de
cómo los bancos son los primeros siempre en sufrir sus consecuencias, vuelvo a
señalar como hice en mi artículo “¿Por qué siguen existiendo los bancos?” que
las entidades de crédito tienen los días contados a medio/largo plazo. En ese
artículo, básicamente decía que los bancos irán perdiendo protagonismo
gradualmente hasta que se extingan, siendo sustituidos por un mercado de dinero
más directo
Otro punto muy importante de esta crisis en el que nos
fijamos, es la corrupción que está saliendo a la luz últimamente. Concretamente
en Chipre se ha descubierto que los tres bancos más importantes de la isla, han
perdonado deudas de varios millones de euros (con la correspondiente
contraprestación en forma de favores/discriminación positiva), como por ejemplo
un préstamo a un sindicato por valor de 193.000€, o 100.000€ a un diputado.
Por tanto el sistema político es el siguiente punto que
debemos tratar, lo malo es que a diferencia de los bancos, donde el propio
mercado es quien dice que ya no son tan eficientes (y por tanto no se debería
dar tanta rienda suelta con las ayudas del estado hacia las entidades de
crédito), con los políticos no tenemos ningún indicador bursátil que nos diga
que les falta eficiencia, no obstante podemos conseguir de cierta manera un
indicador sociológico, a través de la cantidad de noticias de corrupción que
ocupan las portadas de prensa, y observando que los debates informales han
dejado de hablar de fútbol para hablar de la incipiente corrupción.
Gracias a eso ya podemos saber (aunque con poca precisión)
que el sistema político está de capa caída, pero por otro lado a diferencia de
con los bancos, en el que es el propio mercado quien crea otras alternativas, con
la clase política, al estar dentro de una institución pública no sigue las
mismas reglas.
Por lo tanto se nos presentan dos alternativas para
solucionar el problema:
1)
Que se reestructure el sistema, creando un órgano de supervisión exclusivamente de la
clase política.
2)Que como dije en mi artículo “países sin estado”,
el estado pueda desaparecer en el futuro, siendo reemplazado por un órgano de
dirección pagado por las empresas de un lugar (físico o jurídico). Y por tanto
la clase política como tal desaparecería.
Sin embargo estas soluciones no se pueden apoyar en el
mercado, ya que es un asunto relacionado con el estado, por tanto es posible que
sea la crisis la que haga saltar la chispa para que se organice un cambio
estructural.
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