martes, 15 de septiembre de 2015

La bola y la bola monetaria: haciendo temblar los pilares del sistema económico

Hoy voy a hablar del lado oscuro de la economía, de una de esas herramientas que cuando caen en las manos de sinvergüenzas, aprovechan en su favor para enriquecerse a costa de personas con poco conocimiento financiero/económico, y de hecho han venido haciéndolo a través de los años y finalmenente veré si se puede extrapolar al sistema económico que tenemos, y de si tiene los mismos problemas.

Empezaré definiendo el juego, que yo viendo sus posibilidades estuve a punto de realizarlo en mi época de estudiante en el colegio, pero luego al descubrir su inviabilidad a largo plazo desistí:

La bola funciona de la siguiente manera: tú metes una cantidad de dinero y recibes 8 veces lo que has metido. ¿Suena tentador verdad?  Por ejemplo metes 10 euros y recibes 80.

¿Así, sin más?

Más o menos, lo que tienes que hacer es meterte en una bola que esté en funcionamiento, y asegurarte que haya más gente que se quiera meter, y finalmente recibirás tus 80 euros.

Lo explicaré con un diagrama, imaginemos que te digo que hay una bola en funcionamiento, y que solo queda una persona para rellenarla, y que si te metes, conseguirás estar dentro del sistema, cómo en la siguiente imagen:

Tu posición sería la zona verde circundada por un círculo rojo, en el momento en el que los 8 han pagado al del centro (amarillo), esta persona que en un principio había puesto sus 10 euros, ahora se va con sus 80 euros.  En ese momento el amarillo desaparece, y la bola se separa originando dos bolas, haciendo que tú avances en posición, y por tanto más cerca de conseguir tus 80 euros:

Por tanto, ahora los interrogantes son nuevos participantes que hay que encontrar para que las bolas continúen, pero tú estando en la bola de la derecha, en la zona verde con el círculo rojo, te es indiferente los interrogantes de la bola de la izquierda, tú lo único que quieres es que tu bola siga funcionando, ya que eso es lo importante para pasar a la siguiente fase, y para que ocurra, los componentes de tu bola habréis de encontrar 8 personas que participen en tu nueva bola, y así la persona que ocupa la zona gris se vaya, y se creen otra vez, otras dos bolas, y consigas avanzar:

Hasta finalmente, en la tercera y última ronda, salir del juego con tus 80 euros:

Parece un juego interesante, y que puede funcionar, lo único que se necesita es gente que quiera jugar… pero ahí es justo dónde está el problema.
Me explicaré:
Puede ser que al leerlo te hayas percatado del comportamiento exponencial del sistema, aunque no les hayamos seguido el rastro, había otras bolas que seguían funcionando por ahí, y que requerían también de personas que se metiesen en su juego. Si contamos cuántas personas se necesitasen para terminar todos los ciclos abiertos, tendríamos que al principio se necesitaban 8, luego cómo surgían otras dos, se necesitaban 8 para cada una, es decir 16, luego serían 32… y así sucesivamente, la cantidad de personas necesarias en función de las rondas abiertas se puede simplificar en esta sencilla fórmula:
Personas involucradas en el juego = 8*2^(n-1)

Siendo n el número de rondas en el que estamos. Esto es una forma de simplificar la realidad, ya que no todas las rondas terminarían en el mismo tiempo, ya que eso depende de la habilidad de la gente dentro de cada bola en conseguir a más personas, pero para el caso imaginemos que terminan al mismo tiempo, dado que es una buena manera de aproximar cálculos.
En el momento en el que han pasado 31 rondas, habrá ya más de 8 mil millones de personas jugando (8,589,934,592), esto supera la población mundial, por tanto el juego se colapsaría, y los últimos en incorporarse, se quedarían sin dinero. Y al ser un juego de suma cero, no habría un aumento de riqueza, simplemente se habría movido el dinero existente de unas manos a otras.

¿Qué pasaría si se añadiese el supuesto de que las personas se pudiesen volver a meter en la bola?

Muy sencillo, al ser exponencial, llegaría un momento en el que dada la magnitud de la cantidad de dinero que debemos depositar tendería al infinito, por lo tanto el sistema colapsaría por dos razones:

1)      No se tiene dinero infinito
2)      Si todo el mundo tuviese dinero infinito, su valor sería 0, por tanto no tendría sentido

La conclusión es que la bola en ningún momento puede funcionar a largo plazo, por tanto las primeras personas que se meten serían las únicas en conseguir sus 80 euros, o incluso ni siquiera las primeras personas conseguirían el dinero, ya que hay mucha gente que no se metería por desconfianza, o por saber que no es viable.
Por lo tanto, ya conociendo cómo funciona esto, nos debemos hacer otra pregunta que tiene aire de metafísica, pero es muy acertada:

¿Cómo surgió la primera bola?

¿?¿?¿?¿?

Si nos paramos a pensar, nunca pudo surgir de la nada. ¿Quién fue el listo que dijo, oye, yo me pongo en el centro?, eso nunca pasó. Ahora con esta pregunta hemos abierto los ojos, y nos damos cuenta de que algo huele mal en el inicio de este juego. Y aquí es dónde la cosa se pone más turbia.

¿Qué pasa si te digo que los colores que vistes al principio dentro de la bola, no eran personas, sino que me los he inventado yo? Que te dije que eran personas, que ya estaban jugando, pero realmente es una mentira, que cada vez que alguno de esos colores salga con sus 80 euros en mano, me los llevaré yo, que he sido el que he creado este juego. Y que si los 7 colores consiguen su dinero, yo me habré llevado 7*80=560€.

¿Y qué pasa si te digo que en vez de empezar con 10 euros, se empieza con 1000, y el que sale se lleva 8000€? En ese caso me habría llevado 56.000€ de la nada, simple y llanamente aprovechándome de la ignorancia de la gente con respecto a cómo funciona el sistema, habrá gente que se lleve su dinero, sí, pero dado que el sistema tiende a colapsar, habrá otra mucha gente que lo pierda.

Si me has seguido hasta aquí, solo puedes pensar, wow, un sistema que aparentemente rentaba y daba dinero, después de desnudar su entramado, y examinar con lupa sus componentes, resulta que ya ni a medio ni a largo plazo puede funcionar, ya que para una persona que conoce esto, en vez de meterse en la bola “original”, empezará su propia bola, sin meter un duro, y consiguiendo mucho dinero.
De esto se pueden sacar dos conclusiones para la economía:

1)      El movimiento de dinero exponencial (la bola) no genera riqueza, sino una falsa sensación de crecimiento económico al principio, para en el medio-largo plazo desmoronarse.
2)      El que comienza el juego, es el que saca la mayor rentabilidad, por tanto siempre habrá incentivos a generar este tipo de sistemas

Ahora como prometí, todo esto se puede extrapolar al sistema bancario, y porque esos pinchazos que va teniendo, no es más ni menos que los colapsos que teníamos en la bola, y que nunca podrá funcionar establemente. Pero antes de desmoronar todo nuestro sistema económico, recobremos el aliento, y pongámosle un título a la siguiente parte:

La bola monetaria

Para empezar quiero que se entienda muy bien que la relación entre nuestro sistema monetario y la bola no es directa, pero los mecanismos y por ende los problemas si lo son. Para comprender mejor esto, empezaré con un poco de historia.

Antes de que existiesen los billetes, se comercializaba sobre todo con oro, esto hacía complicado el día a día, ya que si querías pagar una gran suma, debías ir completamente cargado. Las personas por seguridad no guardaban todo su oro en casa, sino que lo depositaban en una especie de banco, dónde se lo guardaban, para dar fe que era su dinero le daban un papel firmado de que tenía esa cantidad de dinero.

Esos papeles no tardaron en usarse también como dinero, ya que en cualquier momento podían cambiarse por oro. Pero esto raramente pasaba, ya que era más cómodo utilizar los papeles en vez del oro contante y sonante.  Los dueños de los depósitos de oro no tardaron en darse cuenta de esta situación, y la aprovecharon en su favor creando más papeles del oro que tenían, es decir estaban ganando dinero de la nada (como los creadores de la bola, estaban vendiendo humo).

Este sistema se vio cambiado cuando se abolió el sistema patrón oro, que fue sustituido por el sistema crediticio, es decir que los bancos centrales eran los únicos que deciden el dinero que hay en circulación, con independencia del oro, y los que les dan el valor (algo así como decir esta bola es la original, y la que debéis seguir).

Por supuesto esto no ha frenado el juego, los bancos comerciales se dieron cuenta que las personas no suelen ir al banco a sacar pasta, o al menos no todos a la vez, también se originó la idea de pagar a través de la tarjetas de crédito sin utilizar los billetes, lo que viene siendo la evolución del billete (o la segunda ronda de la bola).

Pero la relación más obvia con la bola es el interés que se recibe por una inversión (ya sean acciones, bonos del estado, o el depósito de un banco). Esta es una relación más compleja, pero si nos abstraemos la podremos comprender:

Al ingresar tu dinero en las acciones de una empresa, ésta se va a esforzar en sacar un rendimiento positivo, es decir, una vez descontados todos los pagos a sus trabajadores, proveedores, etc, tiene un beneficio (esto no pasaría en competencia perfecta, pero es algo que no vemos en nuestro sistema económico), y precisamente este beneficio es el que hace que tu dinero sea multiplicado por más de uno (1,05 por ejemplo si es un 5%), y al estar multiplicado por encima de uno, este sistema descubrimos que es exponencial. Y por tanto tenemos los mismos problemas que en la bola, de un sistema con movimiento exponencial de dinero. Y los pilares de nuestro sistema económico empiezan a temblar ante esta noticia, porque por fin hemos descubierto la naturaleza de esos pinchazos, que no son ni más ni menos que los colapsos que teníamos en nuestras bolas.

Las conclusiones:

-El banco central (una especie de creador de la bola) absorbe riqueza de una manera artificial
-No importa el crecimiento real en la economía, siempre habrá colapsos debido al comportamiento exponencial del sistema

Aquí cabe preguntarse si conociendo mejor los fallos en el sistema económico en el que vivimos, podíamos mejorarlo hacia uno más estable. Quizás con la utopía de un mercado de competencia perfecta, sin beneficios, al no ser un sistema exponencial de movimiento de dinero no tendríamos estos problemas, en posteriores artículos investigaré sobre la posibilidad de otras opciones. Pero al ser la ciencia económica dependiente del ser humano, puede incluso que sea cuestión de una evolución en la conciencia global.